lunes, 21 de diciembre de 2009

"DOGGY DOGS" (I.SMJ Pte.2ª)




Si hay algo que existe en toda ciudad o pueblucho desde que llegó la que llaman “crisis”, son heridas y cicatrices mil en sus calles para poder coger subvenciones de cierto plan. Llegas a un punto donde no sabes hasta donde no es estúpido el encontrarte calles levantadas como si hubieses decidido realizar planes de estos a lo loco. Y es que manda cojones que lo primero que veas al salir sea eso, allí y allá. Da lo mismo.

Pero me voy a lo mío. Lo primero ante todo es buscar alojamiento… Vale, la cosa así parece sencilla. Así que ha seguir a la damita que hace de guía. Claramente, para que no me pierda, me ata bien con una correa y aprieta. Comenzamos el camino, un camino que se hace difícil porque el frío helador se cuela por los pantalones y sube como un pedazo de mamón. Por suerte, el resto está bien cubierto, y sé que mis piernas poco van a quejarse en cuanto siga andando un poco más. Cuestas abajo, cuestas arriba, un poco a la derecha, un poco a la izquierda. Primer intento de residir una noche fallido, el lugar está cerrado, vigilado por un mudo que intenta ayudarnos como puede a través de señales.

Así que nada, vuelta a continuar mientras uno tiene la lengua limpiando parte de las calles de Jaén y siento como tiran de mí con la correa. Era como si la Damita tirara de uno de esos perros gordinflas que no hay quien los mueva, con la diferencia que ella tiene persuasión para que te muevas sí o sí-. Todo recto, cuesta arriba, cuesta abajo, derecha e izquierda… segundo lugar. Abre la puerta un anciano que en realidad sólo al verlo hace que mi ojete del culillo se quede bien cerrado y el rabo se pegue más entre las piernas. “Esta lleno”, dice con una voz de ultratumba mientras moja su boca con su propia saliva gracias a la lengua, mascando un chicle invisible que logra hacerme recorrer una gotica de sudor helado por toda mi espalda. En parte me jode, y por otra mi ojete se relaja al no tener que dormir en un lugar donde vive un tiparraco tan siniestro. En serio, no podría dormir sabiendo que ese señor podía acercarse a mi habitación y hacer cosicas con mi fragil cuerpecito que... Vale, estoy exagerando un poco, prosigo.

Así pues decidimos esperar al resto con los que habíamos quedado. Al poco tiempo escuchamos voces, voces de un cosplayeado viejuno al que llamaré simplemente Viejuno, tras de sí otros más no menos despreciables pero que no me voy a dedicar a describiros que sino no termino. La cuestión, todos a una en busca de un lugar donde alojarme., después de una intersante conversación con la chalada del lugar. ¿Qué serían estas ciudades y pueblos sin estos chalados? Nada, la sociedad no estaría completa. Así cantaba lo RARO del Viejuno mientras insultaba sin parangón a la ciudad de Jaén. Consigo un lugar después de hacerme un lío de llaves y demás mierdas, pero daba igual, habitación más que conseguida.

Después hora de papear. A que la Damita se le dio por kebap de ése raro… a por kebap de ese raro que fuimos. Después de pedir, cobrar, que al Viejuno casi le de un telele de la risa, y ver como el encargado del lugar se iba con nuestra pasta; llegó la hora de desencajar mandíbulas y meterse el susodicho kebap de ese raro en la boca. Todo mientras nos poníamos chorreando, colgándonos medallitas y eso si comenzábamos por la risa espontánea que nos entraba. Después de un tiempo y conseguir el segundo reto -comer-, llegaba el tercero: ir al recinto donde se celebraba el evento.

P.D: No me preguntéis por qué lo de los perros, no me los quito de la cabeza cuando hago, y reviso el texto... XD

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